La comunidad como guardiana del patrimonio cultural inmaterial
Por Mayra JIménez.
Al visitar un museo vemos exhibidos diversos objetos, éstos nos cuentan historias a partir de sí mismos y constituyen un Patrimonio Cultural Material, ya que poseen materialidad inherente; pueden ser colecciones de monedas, un libro, u obra de arte; ser testimonios de épocas o personalidades, y, en determinadas ocasiones, también traer consigo un agregado que los convierte además en patrimonio cultural inmaterial; por manifestar una tradición, expresión o saber que las comunidades reconocen como parte de su patrimonio cultural, y al ser prácticas vivas, evolucionan y van siendo adaptadas a los cambios sociales que se van dando con el tiempo. En nuestro país tenemos varios ejemplos del Patrimonio cultural inmaterial, las más de 30 manifestaciones culturales declaradas incluyen los conocimientos, técnicas y métodos de elaboración ancestral de la alfarería de Areguá, técnicas artesanales de cestería y tejido textil, entre otros.
Las prácticas y saberes tradicionales del tereré en la cultura del poha ñana poseen la declaratoria de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, la misma declaratoria la posee el Poncho Para´i de 60 listas, y están en análisis las declaratorias de la Guarania y el Ñandutí, además del Arte del Ñai´upo. Es importante aclarar que al lograr estas declaratorias, se manifiesta no sólo el compromiso de un país para la protección de éstos patrimonios, también se los comparte internacionalmente; así cada país define los rasgos culturales que construyen su identidad general.
El Patrimonio Cultural Inmaterial es clave para la expresión de identidad de las comunidades, al ser expresiones de la cultura fomentan la cohesión social, permiten la transmisión de valores, creencias y costumbres a través de varias generaciones, y al hacerlo, estas se mantienen vigentes a través del tiempo, así enriquecen la diversidad cultural, y posibilitan la transmisión de valores como la tolerancia y respeto dentro de una misma comunidad, y ésta con otros que poseen otras manifestaciones culturales, fomentando la cohesión social e intercambios culturales en la población diversa.
¿Qué papel cumplen los museos?
Los museos son sitios que acostumbramos asociar con el patrimonio material, sin embargo, también han tenido una evolución a lo largo del tiempo, pasando a permitir la formación cultural de las personas de manera distinta a la que realizan las instituciones de enseñanza tradicionales; se convierten en articuladores dentro de la sociedad y conforman un tercer espacio dinámico que fomenta la investigación conjunta, el intercambio de saberes y el análisis desde perspectivas múltiples, partiendo de la temática propia del museo y vinculándola con otras, considerando cada contexto histórico-social y su relación con la sociedad actual.
Un ejemplo de esta labor, la vemos en el Museo Nacional Dr. José Gaspar Rodriguez de Francia, en Yaguarón, donde acostumbramos a ver homenajes a las memorias y personalidades de la ciudad, se analizan las tradiciones desde miradas antropológicas, sus significados, y de qué manera nos llegan hasta la actualidad. Allí, ocupan un humilde, pero honorable espacio objetos que ponen en valor a la última alfarera del “ñai’ upyu” de la ciudad, una pieza de barro cocido negro con “la cara” de políticos considerados infames, donde se elaboraba el mbeju tová, receta tradicional colonial que hacía a la vez de “escrache” a los políticos de turno, para que el pueblo los pueda “comer”; esto nos pone en situación sobre los contextos histórico-sociales de otras épocas y comprender la importancia de la salvaguarda del patrimonio.
Los museos deben a través de exposiciones, conversatorios o talleres contribuir a la preservación del Patrimonio Cultural Inmaterial , colaborar con las comunidades en la representación, documentación y difusión de su patrimonio, empoderando a las comunidades para que reconozcan el rol protagónico que tienen en lo que respecta a la preservación de su propia cultura; los museos serían así los nexos intergeneracionales e interculturales que permiten el intercambio de estos roles. Se debe buscar enfoques inclusivos para apreciar al Patrimonio inmaterial como patrimonio vivo en constante evolución junto a la sociedad que los crea; herencia de nuestros padres y futuro legado de las generaciones venideras.